Por: José Agustín Haya de la Torre
[Estado de las cosas, forja de un lenguaje: subversión]
Todo proyecto poético es a la larga la forja de un lenguaje, o al menos una etapa de esa forja. Pero es a la vez una refundación que implica llevar las funciones del lenguaje hasta su límite, de algún modo subvertir ciertos órdenes en donde se ha dado desgaste semántico (el uso colectivo, común, cotidiano del lenguaje lleva a inevitables desplazamientos semánticos). Un proyecto poético puede a la vez subvertir y restablecer el orden de la palabra, poner las palabras en su sitio, que es la única forma de poner las cosas en su sitio: construir un discurso, construir un saber, ordenar e imaginar un mundo.
[Ironía, seducción y erotismo]
La ironía es un instrumento poderoso, al igual que la seducción y el erotismo, las tres se formulan en una suerte de mística donde lo sensorial es sublimado. Pero el instrumento de la ironía es también un instrumento distanciador, reflexivo, un instrumento que tiene que ver con lo cognitivo, mientras que lo erótico, por vía o no de la seducción, tienen un carácter epifánico en la construcción poética.
[Profundidad conceptual: uso del lenguaje]
La literatura en general y la poesía en particular es una voluntaria y constante evasión del lugar común: decir las cosas de nuevo es también crearlas de nuevo. Los lenguajes estéticos consolidados, reiterativos, aquellos que en la forma establecida encuentran su legitimación fracasan en su misión de poiesis, de creación.
De todos modos hay espesores lingüísticos, diferentes profundidades que tienen que ver con el fenómeno de la comunicación. Sin comunicación, no hay poesía. Y el manejo de la profundidad conceptual es un instrumento en la comunicación que se da en la poesía, un instrumento delicado donde lo leve no tiene porqué ser superficial y lo hondo no tiene porqué pesar en exceso. El misterio es la pluma hecha de piedra y la piedra que vuela como el humo.
[Versar / Prosar: niveles de experimentación]
Hay una tensión tradicional entre versificar y prosear, pero esa tensión es solamente aparente, se resuelve en el ritmo: prosas cuyo ritmo, cuya sonoridad se establece en el plano estético poético, fraseos, ritmos de una prosa envolvente que no son otra cosa que poesía que experimenta con la formalidad. Por otra parte, se producen miles y miles de versos donde no comparece la poesía.
Versificar no es sinónimo de poetizar, pero poetizar es siempre, de algún modo, tener en cuenta la masa sonora del poema.
[Elementos poetizables o poetización de los elementos: estados de la materia]
Una poesía de la materia es una muestra intangible del espíritu. Una poesía de la materia tiene la solidez y la contundencia del metal, la disposición blanda del agua y la respiración del aire, todo a un tiempo. Y no debemos olvidar el fuego, materia del instante, sustancia a la vez del conocimiento y del misterio.
[Referentes —lo cotidiano, lo externo—]
La poesía habla de la poesía porque de ese modo aprehende el mundo. La poesía es un decir la realidad desde la misma maravilla de nombrar. Nombrar es hacer, nombrar es resistir, pero nombrar, en poesía, es desaparecer: el, plano colectivo del lenguaje deja disolverse el sonido individual para que la ola sinfónica, la poli tonal, la combinación de voces signifique.
[Escritura: descubrimiento o síntoma de lo irresoluto]
Pessoa decía que la respuesta es la tristeza de la pregunta. La poesía descubre al preguntar y responde al tocar esa materia donde la oscuridad es más brillante. Todo poema es un artefacto textual que se activa y se completa de modo diferente en las diferentes lecturas, pero que posee una esencia identitaria que es el descubrimiento.
[Situación de la poesía en la literatura y en la sociedad]
La poesía es un testigo incómodo de la inteligencia, es un testigo incómodo de la belleza y de la violencia del lenguaje puesto a ser. La razón poética es abductiva, más que inductiva o deductiva, y la razón poética es un vector fundamental de supervivencia (no solamente de sobrevivencia) para el siglo XXI, para el tercer milenio.
[Festivales de poesía y FIPLima]
Maravillas del encuentro humano donde se producen atisbos de esa inmensidad que llamamos poesía. No hay redes virtuales que sustituyan a ciertos contactos humanos donde se produce la poesía y donde se verifica una deriva interpretativa que a la postre alimenta y enciende la poesía.
CAL
Una poesía que no saque los ojos
ni los dientes
un juego
un fuego limpio
la indigencia
pura
(los tiraban en fosas
ganaban espacio al mar
con ellos, rellenando
los terrenos bajos
arriba echaban cal viva)
Blanca como la página
CERTEZA DEL QUE DUDA
He venido a madurar los ojos: que me caigan como frutas al pie de lo que veo. Vengo a no decir nada, a no callar, a contemplarme en los otros, los Seguros. Veo rodar las cabezas de los reyes de baraja, pregunto por sus deudos, que en racimos oscuros hacen el vino soso de acordarse, de patrocinar, de estar más ciertos. La verdad es la forma más cruel de la embriaguez, sus humores desatan la codicia, el chancro.
Ah, los que ya lo saben, los que están ciertos.
Una casa con sus recios postigos, con todo el peso calcáreo de su sitio, se me disuelve en la punta de la lengua cuando voy a decirlo.
No lo sé.
Tiranos temblad
De este don sacrosanto la gloria merecimos:
¡tiranos temblad!
¡tiranos temblad!
¡tiranos temblad!
Libertad en la lid clamaremos,
¡Y muriendo, también libertad!
Francisco Acuña de Figueroa
(Himno Nacional de la República Oriental del Uruguay)
Todos los habitantes del país son tiranos. Desde el más débil al más fuerte, desde el más adusto y solemne hasta el más suelto y alegre.
La tiranía es una enfermedad endémica y contagiosa que penetra en la carne y la vuelve tensa, vehemente, ominosa.
Un niño de dos años aprende a despedazar sus juguetes: los tortura, los hace confesar con extrema delectación y gozo crímenes improbables, conspiraciones invisibles, pecados contra la pueril autoridad que ahora los manipula y desmenuza en busca de la Verdad.
El niño crece, cumple tres años, le obsequian otros juguetes mejores, más sofisticados, formas humanas, muñecos y muñecas articulados, enteros.
Plástico color carne.
El niño sonríe y agradece. Es un buen chico.
Luego, en la penumbra de la casa, en la intimidad de su habitación, los retuerce, los cuelga, los estira con todas sus fuerzas hasta desmembrarlos.
Espera que griten, que digan «ay» hasta desgañitarse. Pero las formas de los muñecos y muñecas permanecen mudas, empecinadas, resueltas en su angustia de poliuretano, detenidas en el interior de su sustancia inerte, hueca, sin decir palabra.
Son duros, difíciles de interrogar.
Pero nada es imposible si se aplica método. La paciencia es importante.
El dolor hace cantar a las piedras.
Al fin, los muñecos terminan por confesar.
Y ese mismo niño, ese niño inocente, crudelísimo, que juega y balbucea bajo la pálida luz con sus juguetes cuando crezca será, más temprano que tarde, descuartizado por sus hermanos de sangre.
Rafael Courtoisie nació en Uruguay. Es narrador, poeta y ensayista. Profesor de Literatura Iberoamericana y Teoría Literaria en el Centro de Formación de Profesores del Uruguay, de Narrativa y Guión Cinematográfico en la Universidad Católica del Uruguay y en la Escuela de Cine del Uruguay. Ha sido Profesor Invitado en diversas universidades de América y Europa, entre otras. Su novela Santo remedio (Madrid, Lengua de Trapo, 2006) fue finalista del Premio Fundación Lara. Ha recibido, entre otros, el Premio Fundación Loewe de Poesía (Estado Sólido, España, Editorial Visor, jurado presidido por Octavio Paz), el Premio Plural (México, jurado presidido por Juan Gelman), el Premio de Poesía del Ministerio de Cultura del Uruguay, el Premio Internacional Jaime Sabines (México) y el Premio Blas de Otero (España). Dentro de sus poemarios, destacan Estado Sólido, Textura, La Biblia húmeda, Poesía y Caracol, Tiranos temblad, Música para sordos, Amador, Santa Poesía, entre otros. Es autor de numerosos trabajos críticos y de investigación sobre literatura latinoamericana y europea. Asimismo, ha traducido a Emily Dickinson, Sylvia Plath, Raymond Carver, Mario Luzi, Valerio Magrelli, y Alessio Brandolini y “King John”, de William Shakespeare.
El Ministerio de Cultura del Uruguay le otorgó la Beca Zavala Muniz para la Creación Artística, categoría artistas consagrados. En 2012 ha sido nombrado como Distinguido Profesor Visitante por la Thomas P. Johnson Foundation y la University of Central Florida, en Estados Unidos. Parte de su obra ha sido traducida al inglés, francés, italiano, portugués, rumano, uzbeco, bosnio y turco, entre otros idiomas. Su antología Tiranos temblad acaba de obtener el Premio Extraordinario de Poesía José Lezama Lima (Cuba, 2013).