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« Si acá, en los últimos tiempos, es un vía crucis hacer un simple mercado de alimentos o artículos de higiene personal, cómo no lo va a ser escribir o dedicarse a la cultura»

Entrevista a Edda Armas

Publicado: 2013-07-01

Por: Mario Pera


La prolífica poeta venezolana Edda Armas ha publicado más de una decena de poemarios de buena factura, entre los que destacan Sable (1995) y En bicicleta (2004), los que la han hecho merecedora del Premio Municipal de Poesía y el Premio Poesía XIV Bienal Literaria J. A. Ramos Sucre, respectivamente.

     Armas se desempeña como psicóloga social (con especialidad en creatividad y gerencia cultural) y ejerce una activa participación como promotora cultural en su país, dictando varios talleres literarios y, en especial, de poesía. Su labor cultural ha sido infatigable y se ha desarrollado como presidente del PEN de Venezuela entre los años 2005 y 2009, miembro fundador de la Casa de la Poesía de Caracas J. A. Pérez Bonalde y en la Dirección de Literatura del Consejo Nacional de Cultura (CONAC) de Venezuela entre los años 1999 y 2001.

     Además de la literatura, la poeta Edda Armas se ha vinculado muy de cerca a otra vertiente artística, la fotografía, habiendo trabajado en la Fototeca en la década de los 70. Ha sido miembro del Consejo editor de la revista de fotografía y arte Extracámara, publicación de la Dirección de Cine y Fotografía del CONAC entre 1994 y 1997. Ha publicado entrevistas a fotógrafos y textos para catálogos de exposiciones fotográficas.

     La poeta y crítica literaria María Antonieta Flores ha dicho sobre su poesía: «Edda Armas ha desarrollado una obra donde lo femenino se ha ido tejiendo en torno a un centro mayor: la palabra. En ella no está la búsqueda de una poesía femenina o de la mujer. Sólo la andanza por los senderos del poema que en su destino atrapa todo lo que en la ruta haya y termina siendo una confesión de lo femenino, de lo mínimo, de la armonía que cuerpo y alma logran con trabajos profundos, mucha espera, lenta observación».

     Edda Armas visitará nuestro país próximamente como invitada al II Festival Internacional de Poesía de Lima, donde tendremos ocasión de oírla y conocerla. Aquí algunas de sus reflexiones.


1. Edda, estudiaste psicología y te has especializado en psicología social. ¿De qué manera relacionas tus estudios profesionales con tu poesía? ¿Quizá la práctica de tu profesión o tus experiencias inciden en la ejecución o evolución de tu obra?

La psicología social me colocó en cercanía a muchas realidades, dándome herramientas para la investigación y planificación en la gestión cultural. Realidades que me conectaron con la sensibilidad social y mundos externos diversos, con foco en la importancia de los otros, de lo colectivo, lo que también mueve, sin duda, el hacer poético.

     La escritura es reflexión que interroga, aprehende, dibuja, se impregna, roza y capta, y el poeta es poeta desde la experiencia plena de lo que hace como persona y como profesional. El psicólogo en mí (al querer entender el lado obscuro del ser humano) le dimensiona parajes a la poeta.

2. Desde tus primeras publicaciones, en 1975, el poemario Roto todo silencio y, en 1977, Contra el aire, has publicado más de una decena de poemarios. ¿Se trata de poemarios que deben leerse como obras no vinculadas entre sí, o guardan algún elemento que los une, la temática, el tono, etc.? ¿En qué aspectos o elementos consideras que tu poesía ha evolucionado desde tus primeros libros?

Los une mi deliberada estética por la concisión del lenguaje. El querer dilatar el interior de las palabras en la respiración del verso libre con desprendimiento de adjetivos, artículos, verbos y versos innecesarios. El uso de recursos como el encabalgamiento y la yuxtaposición para exacerbar la musicalidad rítmica del lenguaje poético, amén de otras. Las temáticas, tal vez, porque hay recurrencias, como el mar, lo místico, lo relacional, las ausencias, el detenerse para mirarlo todo, atrapar y fijar el alma de los instantes, de los objetos, de las estaciones y de lo minúsculo, las rarezas del alma, el indagar de lo oscuro y lo hiriente, en el transcurrir dudante y la impermanencia de casi todo.

      Sobre la evolución de mi poesía se me hace complejo tratarlo acá, sintiendo que es, más bien, tópico para la crítica literaria.

3. En la década del 70 trabajaste en una fototeca, por lo que desde joven has estado vinculada a la fotografía como arte. Has sido miembro del consejo editor de la revista de fotografía y arte Extracámara y de la Dirección de Cine y Fotografía del Consejo Nacional de Cultura de tu país ¿Previsualisas las imágenes poéticas de tu obra como imágenes fotográficas? ¿Cuán vinculada está tu poesía o la forma en la que creas tu poesía con la fotografía?

La fotografía es un océano de excitación, tanto o más que la poesía para mí. Siento pasión por la imagen fotográfica y sus hacedores; me siento cautivada por las tantas maneras -como las hay- para abordarla. Creo, con Susan Sontag, que la manera de mirar moderna es ver fragmentos. Me gusta entonces el enfoque y el encuadre, en su evidente paralelismo con el hacer poético como proceso de imaginación. Tomar decisiones también es fundamental en el oficio de escribir. Lo que entra en el verso y lo que no. Podar, para que el poema sea cuerpo depurado, conciso e iluminado en la hoja blanca.

     Hay un proceso alquímico de revelación similar entre la fotografía y el poema. La fotografía ha sido un disparador de escrituras, lo cual se aprecia particularmente en mi poemario más reciente, Sin negativo ni estaciones, editado en 2012 por la reciente editorial de poesía venezolana Kalathos.

4. Has logrado varios premios por tu obra poética, quizá los más importantes han sido el Premio Municipal de Poesía en 1995 por tu poemario Sable y, en 2002, el Premio Internacional de Poesía José Antonio Ramos Sucre por En bicicleta. En tu opinión, ¿cuán importantes los premios para la carrera literaria de un autor, cuánto pueden marcar su obra? ¿Han influido ambos premios en el desarrollo de tu trabajo poético?

Los premios los visualizo como aceptaciones -a manera de luz verde- que se presentan en los momentos más inesperados; tal vez para dialogar con la inseguridad que sufre todo escritor.

     La aceptación de los otros, a veces, te conforta. Entendida como la revelación de cómo los otros (lectores) hacen contacto con el imaginario verbal que expones ante sus ojos. Confirmaciones válidas, sobre todo, cuando provienen de jurados a quienes no conoces personalmente, pero aprecias cabalmente su obra. Me pasó con Oscar Hahn, jurado internacional del Premio J.A. Ramos Sucre que recibí en 2002, siendo por ello una doble alegría.

     Y, no creo que los premios marquen la obra, porque ésta se sostendrá o no en el tiempo por ella misma y no por los premios recibidos; pero, muchas veces, éstos si abren caminos y puertas editoriales.

5. Tienes una activa participación como promotora cultural, incluso tienes una especialización en gestión cultural y creatividad. Eres fundadora, además, de la Casa de la Poesía de Caracas. ¿Cómo se da la promoción cultural en Venezuela, en especial en cuanto a la literatura y la poesía? ¿Cuánto apoyo hay (si lo hay), del Estado o de instituciones privadas, para la promoción de la cultura?

Muchas preguntas en un tema muy complejo en la Venezuela de la última década y, sobre todo, en la de hoy. En la Venezuela democrática había instituciones, públicas y privadas, para la promoción de la literatura y los escritores. La Dirección de Literatura del Consejo Nacional de la Cultura (CONAC) y el Centro de Estudios Latinoamericanos Rómulo Gallegos (CELARG) (custodio del Premio Internacional de Novela Rómulo Gallegos) por nombrar dos emblemáticas instituciones del Estado venezolano.

     Éstas promovían programas plurales y convenios con embajadas, universidades y el sector privado, en los que participábamos los escritores venezolanos, noveles y consagrados, convocados ampliamente sin distingo de posición política, también como público o como gestores de los distintos eventos que allí se ofertaban. Tuvimos, ejemplares instituciones con personal especializado por áreas, me refiero al sello editorial Monte Ávila, que en los años setenta compraba derechos de autor de la literatura del mundo, hacía traducciones de las mismas para poner la literatura universal al alcance de todos, además de publicar ampliamente la producción nacional en sus diversas colecciones a precios asequibles, tenía una librería generadora de eventos y se distribuía a todas las librerías del país, lo que ahora no.

     También existía la red de librerías Kuaimare para promover específicamente el libro y al autor venezolano y garantizar su distribución en todo el país. Durante la última década, éstas han sido transformadas (con cambio de misiones, nombres y eliminación de sus logos institucionales creados por diseñadores venezolanos), teñidas con la ideología y la postura militante a favor del gobierno, y la consecuente pérdida de la capacidad crítica o disidente; tapizadas con consignas, pendones y programas entorno al pensamiento único, es evidente, que en ellas no caben los que piensan distinto.

     Hay exclusiones y omisiones. Nótese que, en el caso del Premio Nacional de Literatura en Venezuela, del 2000 al 2010, éste ha sido concedido, exclusivamente, a escritores afectos al gobierno, algunos incluso con cargos directivos en las instituciones públicas.

     En contrapartida han surgido, por alianzas e iniciativas de civiles independientes con apoyo privado, otros y nuevos espacios, circuitos digitales, editoriales y librerías, con programas de talleres, foros y presentaciones de libros que acercan a los autores y lectores, en un ejercicio de la pluralidad, del disentir la postura crítica y la creatividad del libre pensador, en defensa de la libertad de expresión y la circulación libre de las ideas.

6. Edda, el panorama político y social venezolano está, en la actualidad, muy convulsionado, tu país está dividido entre dos posiciones políticas que, al parecer, no lograran tener puntos de concordancia y conciliarse, y en el medio de la disputa se encuentra la población. ¿Es difícil escribir poesía, dedicarse a la cultura, rodeada de un ambiente socio-político tan agitado? ¿Cómo incide o se observa esa conmoción en la obra de los artistas venezolanos contemporáneos?

Es tal y como lo describes. Venezuela es un país convulsionado, dividido en dos, entristecido y estresado, con graves problemas comunes a toda la población, como lo son la inflación y la delincuencia.

     Si acá, en los últimos tiempos, es un vía crucis hacer un simple mercado de alimentos o artículos de higiene personal, cómo no lo va a ser escribir o dedicarse a la cultura. La empresa privada –golpeada, expropiada, como lo está- lógicamente ha reducido su capacidad para los patrocinios culturales, pero quedan aún algunas que lo otorgan haciendo viable ediciones y la actividad cultural independiente.

     El alto costo de vida incide en el bolsillo y el poder adquisitivo de todos; y al escritor ni se diga, porque el costo de una resma de papel y de las imprescindibles fotocopias se ha triplicado; amén del padecimiento por novedades editoriales internacionales por la falta de dólares para su importación. Tómese en cuenta que, en este panorama de diez años con control cambiario, el libro salió de la lista de prioridades para la obtención de divisas en Venezuela hace más de cinco años. A esto viene a sumarse este año, la cada vez mayor escasez de insumos básicos, como el papel y las tintas, lo que asfixia a la industria editorial de la que tanto dependemos los escritores, para que nuestra producción le siga llegando al público.

     Muchos escritores, tanto novelistas, cuentistas y poetas están reflejando en sus obras distintas problemáticas y paisajes de la convulsión, división y violencia, de la que acá vivimos.

7. ¿Conoces algo de la poesía peruana? ¿Algún poeta que peruano al que destaques o al que te sientas más vinculada?

El Perú es un país de escritores emblemáticos e influyentes a nivel internacional. El Inca Garcilaso de la Vega, Mario Vargas Llosa y César Vallejo son tres ejemplos de ello.

     Siendo muchos los poetas peruanos que han alimentado nuestra formación, hoy hacemos lectura de sus obras en los talleres de poesía que dictamos, porque compartir es un acto noble de retribución. Blanca Varela, Javier Sologuren, José Watanabe y Carlos Germán Belli son poetas esenciales para mí.

8. Vas a participar en el II Festival Internacional de Poesía de Lima. ¿Qué expectativas tienes en relación al festival? ¿Será la primera vez que visites Lima?
Me emociona participar y apoyar al II Festival Internacional de Poesía de Lima; valorando desde ya su impecable organización -delicada y profesional-, que reunirá a más de un centenar de voces poéticas del mundo y del Perú, acercándolos con el público en tan distintos escenarios de entrada libre.
9. Para finalizar Edda, ¿vienes trabajando algún proyecto poético del que nos puedas comentar? ¿Algo que quieras agregar?
Del proyecto poético que me quita el sueño actualmente ya les contaré, por ahora está moviéndose bajo tierra buscando sinergias. Gracias.
Biodata
Edda Armas. Caracas – Venezuela, 1955. Ha publicado en poesía: Roto todo silencio (1975), Contra el aire (1977), Cuerdas de serpiente (1985), Rojo circular (1992), Aguariacuar, La partida (Libro de artista con grabados de Lihie Talmor, 1994), Sable (1995), La otra orilla (1999), La mujer que nos mira (2000), En bicicleta (2004), Armadura de piedra (2005), Dagas y otras flores (Antología, 2007), Casa y arcángel (2008), Toma lo simple por el tallo (2009), Corona mar (2011) y Sin negativo ni estaciones (2012). 

Escrito por

FIP Lima

El FipLima es el evento de poesía más importante del Perú y uno de los más grandes de Latinoamérica.


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